La Sexualidad Humana

Breve reseña sobre las “creencias”, comúnmente difundidas en la actualidad, sobre el sexo.

Al día de hoy el sexo sigue siendo un tema tabú en nuestra cultura. Por eso poder hablar de manera clara y científica de la sexualidad, es algo sumamente saludable, educativo, informativo y cultural.

La educación sexual que recibimos es generalmente limitada, se equipara sexualidad con coito o penetración, y se subordina a esta a la función de reproducción. Pero la sexualidad es mucho más amplia y rica que la penetración y tiene una finalidad placentera muy pocas veces mencionada por padres y educadores, e incluso en ocasiones demonizada y castigada.

Es como si nos hubieran enseñado geografía, olvidándose de mencionar a América, o estudiar historia del siglo XX y que no aparezca en el manual la Segunda Guerra Mundial.

Pues en materia de sexo y educación, al equiparar sexo con reproducción se nos dice muy poco sobre el placer, el autoerotismo, las relaciones homosexuales, el sexo sin penetración etc.

Esto puede llevar a que vivamos como malo o incorrecto todo lo que escapa a la sexualidad genital y reproductiva.

Sexualidad humana: educación, sexo, mitos y realidades

A veces intentamos salir de está oscuridad cultural, o de este vacío educacional, como buenamente podemos. Lo que nos cuenta un amig@, lo que vemos en una peli porno, lo que leemos en una revista. Ahora bien, la distancia que hay entre la realidad y la ficción, entre el cine y la realidad puede llegar a ser enorme, y nos quedamos esperando rodeados de un sentimiento de frustración esos orgasmos simultáneos, esa coordinación perfecta, o esas posturas de contorsionista que nos pueden provocar cuando menos algún calambre.

Muchas veces sufrimos en silencio alguna dificultad que podamos tener con respecto a nuestra sexualidad, nuestro cuerpo, nuestros órganos sexuales, nuestras fantasías, nuestras relaciones , nos preguntamos que es normal o no, y no sabemos o no nos animamos a consultarlo.

El famoso ex jugador de football: Pelé, apareció en una publicidad animando a los hombres que sufren de impotencia a que lo consulten con un especialista; la impotencia se puede curar decía el rey Pelé. Si tenemos un dolor de muelas no dudamos en ir a un dentista, o a un médico si nos sentimos cansados, pero a la hora de consultar sobre algo relativo a nuestra sexualidad ya no nos es tan fácil, nos da corte.

O; ¿Qué puede sentir una mujer que en el momento de la penetración no grita y no gime como vemos en las pelis? ¿Qué pensará el hombre que está en ese momento haciendo el amor con ella?

Tenemos incorporados los mitos sexuales del súper – hombre y la súper – mujer, lo que se espera de un hombre, lo que se espera de una mujer, lo que es normal, y lo que no, y como esos MITOS son falsos, ahí quedamos la mayoría de los hombres y las mujeres normales, preguntándonos ¿Qué nos sucede?. Y entre otras cosas, nos pasa que sufrimos el problema de la desinformación. No todos los hombres somos iguales, a no a todos los hombres nos gustan las mismas cosas en materia de sexo y tampoco a todas las mujeres. Todos tenemos fantasías diferentes, nos gustan algunas cosas y otras no, nos motivan diferentes situaciones, tenemos distintos ritmos, distintas apetencias o apetitos.

El sexo necesita de comunicación, se aprende con una pareja, es como aprender a bailar, necesitamos conocer cuales son los gustos del otro, sus ritmos, que cosas le apetecen y cuales no. No por el simple echo de que dos personas se amen van a tener una buena relación sexual.

El sexo es la comunicación, el dialogo, la seducción, el juego previo. No siempre toda la actividad sexual tiene que desembocar en el coito, y no todas las personas lo consideran el aspecto más gratificante de la actividad sexual.

Desde esta perspectiva; saliéndonos de los mitos culturales, de lo que se espera de un hombre y de una mujer, aceptando la diversidad; se puede llegar a disfrutar del sexo. Ya que el sexo, como la vida, puede llegar a ser maravilloso.

Podremos dilucidar muchas cuestiones y sentirnos cada vez más a gusto y cómodos hablando y conociendo nuestra sexualidad.


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