Si la adolescencia es un período ampliamente incomprendido y difícil de enfrentar para muchos adultos, la adolescencia de una persona que ha descubierto su preferencia homosexual puede volverse un misterio imposible de descifrar.

A diferencia de lo que algunos creen, la comunidad de personas homosexuales, bisexuales y transgénero no ha crecido más de lo que ha crecido nuestra población mundial. En proporción, la preferencia u orientación sexual homosexual y bisexual, tanto femenina como masculina, se ha mantenido entre un 20 y un 30%. Por el contrario, el número de personas que, habiendo identificado una atracción hacia otros u otras de su mismo género, lo ha expresado abiertamente (o ha “salido del armario -closet-”) sí ha crecido y disminuido en promedio la edad de quien lo hace. La razón de lo anterior está vinculada a la apertura que distintos medios (especialmente los de comunicación) han tenido al tema de la homosexualidad en particular; mientras tanto, alrededor del mundo se habla del tema, se le estudia, se le dan espacios y se le reivindica.

Hace unos 15 años, todavía, un adolescente en descubrimiento de su homosexualidad, se hubiera sentido el único ser sobre la tierra con sentimientos similares y probablemente hubiera pasado algún tiempo antes de que éste pudiera conocer a otro chico o chica gay. Hoy en día, basta con prender la televisión o conectarse a Internet para darse cuenta de que hay un mundo de posibilidades: cafeterías, librerías, lugares de encuentro, etc. De entre éstas, destaca una de las pioneras, el primer grupo de encuentro creado para mujeres jóvenes que aman a otras mujeres.

Nueva Generación de Jóvenes Lesbianas

En un principio pareció elitista, incluso a algunos miembros de la misma comunidad, quienes no creían necesario crear espacios de convivencia y reflexión para un grupo de personas de cierta edad. Sin embargo, desde su apertura en 1996, el grupo ha seguido despertando el interés de mujeres jóvenes que se reúnen cada 15 días en el Centro Cultural de la Diversidad Sexual.

La nueva generación de jóvenes lesbianas en México

Su objetivo ha sido siempre el mismo: compartir vivencias e información sobre un mundo que sólo ellas viven y entienden bien. Sus circunstancias de vida las hacen especiales, pero también las vuelven vulnerables. La mayor parte de ellas, por ejemplo, depende económicamente de sus padres mientras terminan sus estudios; esto dificulta el que ellas puedan acercarse a su padre o madre u otros adultos y hablar de sus sentimientos, pues pende sobre ellas la amenaza de ser expulsadas de su casa o escuela o de ser agredidas física o verbalmente. Casos de estos conocidos por ellas hay muchos, muchos sin solución pacífica ni justa, pues en México, como en otros tantos países latinoamericanos, las leyes han olvidado contemplar este tipo de abusos, sobretodo para los padres con poder legal sobre sus hij@s.

Mientras tanto, las jóvenes no se han rendido. A pesar de que para muchas resulta imposible que alguien con tan pocos años conozca tan bien su sexualidad, las jóvenes que salen del closet como lesbianas o bisexuales, saben de lo que hablan. El acceso que tienen a la información sobre el tema les ha dado herramientas para derrumbar los mitos que las persiguen y para demostrar que son tan capaces de vivir vidas exitosas y felices como cualquiera. Su mayor preocupación, sin embargo, es saberse aceptadas por quienes forman parte importante de su vida, principalmente su familia.

Para muchas de ellas, la salida del closet de una hija cambia por completo sus expectativas; la mayor parte ni siquiera se había planteado la posibilidad de tener una hija homosexual. En el mejor de los casos, padres, madres e hijas trabajan en conjunto para aliviar el proceso y reforzar sus vínculos afectivos, pero no es lo más común. Algunos padres reaccionan con hostilidad y agresión, buscando “disuadir” a sus hijas de llevar una vida tan ajena a ellos y amenazan con retirarles su apoyo. Esto causa mayor sufrimiento a ambas partes, y si la hostilidad continúa (muchas chicas oyen de sus padres frases como “ya no te quiero” o “estás muerta para mi”) la vida e integridad de las jóvenes puede verse comprometida. Muchos estudios en varios países, han ya apuntado al riesgo que los jóvenes homosexuales viven cuando las puertas de su mundo se cierran: la probabilidad de que intenten suicidarse y de que tengan éxito es mayor que la de jóvenes heterosexuales; también es mayor el riesgo de involucrarse en conductas autodestructivas como la ingesta de alcohol y el consumo de drogas.

Los grupos de autoayuda buscan revertir esta hostilidad que las jóvenes encuentran sin esforzarse y crear espacios de apoyo donde puedan ser y sentirse ellas mismas, en compañía de iguales, para hacerse fuertes. En confianza, las jóvenes expresan expectativas y sueños: algunas quieren ser madres, algunas empiezan a trabajar en compañías importantes, algunas esperan tener una pareja a la que la ley otorgue los mismos derechos que a las heterosexuales, etc. Conviven en la igualdad de sentimientos y en la diversidad de opiniones y formas de ser; el pelo largo o corto, lo masculino y lo femenino, la falda o el pantalón, la ropa ajustada u holgada, todo es secundario y nada compromete su condición de mujeres que aman a otras. Tampoco su condición de jóvenes: las fiestas, los primeros amores, el cine, la música, las amistades… todo les puede interesar y ser significativo. Su mundo tan cuestionado, tan estudiado, tan comentado, tan debatido, no es para ellas un objeto de museo sino la vida cotidiana de una mujer joven, ¿qué le gustan las mujeres? Bueno, para algunas eso es sólo un rasgo de personalidad que las enorgullece y fortalece.

Nueva Generación de Jóvenes Lesbianas
Centro Cultural de la Diversidad Sexual. Colima 267, 13:30 hrs, en la Ciudad de México.


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