Sin duda alguna, de todas las alternativas de la orientación del deseo, la más polémica ha sido la homosexualidad.

Muchas son las teorías que han tratado de dar una explicación al origen de la homosexualidad, tratando a esta como una enfermedad.

La homosexualidad ha existido siempre, y ha tenido tiempo para estar admitida, reconocida y castigada. Hasta hace no mucho (1974) estuvo incluida dentro de los manuales de los trastornos mentales, ha sido considerada una enfermedad, ha sido prohibida y perseguida.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó en la práctica desde el 1 de enero de 1993 la homosexualidad de su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).

A una pareja formada por un hombre y una mujer les mantiene vivos la comunicación, el respeto, la intimidad, el compromiso, y lo manifiestan con cariño, con sonrisas, con ternura, con caricias, con besos, y a través de todo ello buscan placer, satisfacción entendimiento, complicidad, afectividad, etc. Exactamente igual que una pareja formada por dos hombres o por dos mujeres.

Aunque que la pareja homosexual no puede procrear, está demostrado que dos padres del mismo sexo pueden criar a los niños igual o mejor que lo harían dos padres de diferentes sexos.

La homosexualidad es una opción sexual más que no está relacionada con ningún rasgo físico -tono de voz, gestos, constitución física, forma de andar-, ni psicológico -ser más o menos tímido, sensible, creativo-, ni papel social -hacer o no tareas domésticas, preferir un determinado deporte o desempeñar una determinada profesión-.

Debemos aceptar y respetar que cada persona decida como vivir su sexualidad, y como expresar su AMOR.

Homosexualidad. Orientación del deseo y aceptación social

¿Cómo se da una persona cuenta de que es homosexual?

Algunos investigadores indican que la especificación de la orientación del deseo suele ocurrir en la adolescencia, es cuando comenzamos a sentir atracción por otras persona. Sin embargo, una persona no se da cuenta de la noche a la mañana que su orientación es homosexual, sino que, por norma general, se pasa por un proceso.

Lo primero que aprecia es que se siente diferente, probablemente porque está desinteresado/a por las personas de diferente sexo (que es lo frecuente en nuestra sociedad), y posteriormente reconoce que se siente atraída por personas de su mismo sexo.

Tras reconocer que su orientación es homosexual, se pasa a la fase de aceptación de la identidad, pudiendo pasar años entre una fase y otra. En esta fase la persona se siente cómoda, se siente bien, e incluso “orgullosa” de ser homosexual. Un paso difícil es el descubrir a los demás su orientación, siendo especialmente crítico el momento de comunicarlo a los padres.

Prácticas homosexuales

Aunque para muchos heterosexuales sus prácticas suelen ser algo misterioso, lo cierto es que sólo se diferencian en que en los homosexuales el coito pene-vaginal no se da. En estudios se ha podido ver que los homosexuales están mas relajados y se involucran más en el juego previo que los heterosexuales.

Las lesbianas tienden a abrazarse y a dar mayor importancia al contacto corporal que al contacto genital y al orgasmo. Sus prácticas más comunes son: masturbación mutua, sexo oral genital (cunnilingus) y tribadismo (una mujer encima de otra, realizando movimientos pélvicos, estimulándose así el clítoris y la vulva).

Homosexualidad. Orientación del deseo y aceptación social

En las practicas homosexuales aparecen los besos, contactos oro-genital, coito anal y estimulación genital mutua.

Se piensa erróneamente que los homosexuales mantienen un rol fijo en sus relaciones sexuales: pasivo, activo o mixto. En realidad su rol varía de un momento a otro, o de una pareja a otra. Por lo que es muy difícil apreciar cuál es el pasivo o activo de una pareja.

Los estilos de vida de las lesbianas son menos extravagantes que los de homosexuales y promiscuos. Tienen menos presión social. Se mantienen más tiempo con pareja estable debido a que ellas no buscan en sus parejas la simple atracción, como es más frecuente en los homosexuales. Para ellas es más importante la relación afectiva que la sexual. Por lo que aun alcanzando unos grandes niveles de excitación sexual, es común que muchas parejas de lesbianas dejen de mantener relaciones sexuales a los tres o cuatro años de relación.

Patrones por Bell y Weinberg

Un importante estudio de Bell y Weinberg, identificó seis tipos de vida homosexual:

Homosexuales en pareja cerrada: Relación de características semejantes a un matrimonio heterosexual, donde hay un alto grado de compromiso y fidelidad. Están satisfechos con su orientación sexual y están integrados en la sociedad. Esta relación es más común entre las lesbianas.

Homosexuales con pareja abierta: Viven una relación de pareja, pero esto no les priva de buscar otras relaciones con un interés sexual. Su vida sexual es intensa, pero no están tan satisfechos como los que tienen una pareja cerrada. Estas relaciones son más típicas de los gays.

Homosexuales funcionales: No están emparejados, tienen muchos compañeros de alcoba y están satisfechos con su orientación. Suelen ser jóvenes y tienen mayor número de altercados y discusiones, que los anteriores.

Homosexuales disfuncionales: No están satisfechos con su condición. Tienen problemas para aceptar su homosexualidad, suelen buscar ayuda psicológica, para hacer frente a los problemas que les atormentan.

Asexuales: Tienen poca actividad tanto social como sexual, son reservados y disfrutan viviendo en soledad.

Homosexuales casados: Mantienen una doble vida; por una parte un matrimonio heterosexual y al otro lado sus deseos homosexuales, todo ello provoca que sientan culpa, generando ansiedad. Todo les causa tanta tensión y sufrimiento que acaban por acudir a un profesional.


Comparte el amor

Deja una respuesta