Si algo es característico de la sexualidad entre mujeres es la manera de hacer gozar y sentir plena a la pareja, y es que sin duda en la mayoría de relaciones entre mujeres la parte mejor cuidada es la sexual.

Hablar de la vagina, del clítoris, de cómo tocar los pechos de la mujer que tienes a tu lado, como hacer el sexo oral, cómo saber si le gustan o no los dildos y si le gustan como usarlos, cual es la mejor manera lograr que tu pareja (sea cual sea lo intimo o pasajero de ella) logre llegar a su clímax, son cosas que sin duda pueden pasar de ser simples y vagas preguntas teóricas a verdaderos líos en la cama.

Si bien aquí no te daremos una receta exacta que te diga al pie de la letra como conseguir el placer de tu dama por que eso simplemente es imposible, debido a que cada cuerpo es un mundo muy diferente, si tocaremos algunos puntos clave en una relación sexual.

Toquemos pues dos áreas que sin duda son placenteras y, de igual modo, delicadas, muy recurrentes en la actividad sexual, pero que pueden ser lastimadas con facilidad y crear dificultades a la hora de amar: “los senos y el clítoris”.

Los senos y el clítoris, amigos íntimos

Cuando tienes una relación sexual sin duda notas que tú cuerpo esta alta y finamente relacionado y que en ocasiones un beso te mueve hasta la planta de los pies, ahora has notado que sucede entre tu clítoris y tus senos; si te acarician el pecho… pro qué se presenta ese hormigueo en el clítoris.

Lo anterior se debe a que los pezones forman parte de la intrincada red neuronal del clítoris, si consigues estimular la red completa tu pareja llegará al orgasmo con mucha más facilidad, así es el cuerpo y sus diferentes áreas erógenas pueden ser un timbre que le abra la puerta al “tan complejo” orgasmo.

Para esto toma muy en cuenta que el tocar, acariciar o morder, lo que ambas decidan es algo que debe ser excitante tanto para quien lo hace como para quien lo recibe, nunca bajo ninguna circunstancia te sientas presionada por producir placer pues esto se nota y puede apagar la flama sexual.

Para el placer en vez de pensar “debo excitarla” presta atención a cosas tan simples como su respiración, su corazón que siempre serán honestos y te dirán que tan bien o mal vas.

El acto sexual es de dos, así que siempre hay que alternar las caricias o encontrar una cómoda posición, para hacerlo mutuamente esto sin duda siempre es muy excitante.

Los senos, una de las principales zonas erógenas

Desde que estas en la pubertad algo que parece imantado en la mujeres es el busto y es que es bien sabido por todo e mundo que es un área erógena muy eficaz, pero sin duda no es lo mismo lo que puedes hacer en un faje que lo que puedes hacer al tener el consentimiento pleno de tu pareja y más aún durante el acto sexual como tal.

El qué, cómo y cuándo del sexo lésbico

Frotar, lamer, acariciar, rozar, mordisquear y succionar suavemente: Si bien el pecho es un área erógena, los pezones son el por qué es una zona tan sensible, ellos y sus aureolas detectan de manera muy detallada los movimientos que a ellos lleguen, si esto te parece poco, toma en cuanta que acariciados convenientemente pueden transformarse en un orgasmo muy gratificante.

Así como lo lees, sin penetrar, ni tocar la vagina como muchas piensan que es necesario puedes obtener una satisfacción reciproca, aunque tomemos en cuenta que como lo he mencionado al principio cada persona es distinta así que en ocasiones puede no llegarse a un orgasmo a través de los pechos.

El tamaño del pecho no influye en las caricias: Un mito muy común y despectivo es creer que el que el pecho sea pequeño prominente, es un factor clave en la excitación, de igual modo no por el tamaño dejes que tus deseos te cieguen.

Los senos grande o pequeños son sensibles, así que no llegues a estrujarlos, y apachurrarlos como si fueran una bola de plastilina, puesto que esto sin duda podría lastimar a tu chica.

Grábate que el tamaño de la copa, no es un indicador de sensibilidad, así que siempre se sutil, da besitos a todo el pecho antes de llegar a los pezones, de esta manera le darás a tu pareja la confianza de decirte que le agrada y que no.

La mayoría trata con mayor cuidado a quienes tienen un pecho pequeño, pero que quede claro que el receptor de sensibilidad es la piel y los nervios que se concentran en los pezones NO es la grasa acumulada del pecho.

Cómo debo acariciar sus senos sin lastimar

Algo muy básico es tomar su pecho con ambas manos y acariciarlos suavemente, con la palma de la mano, y deslizar los dedos sobre y alrededor de los pezones para erectarlos, y poder jugar con ellos, tómalos con los dedos índice y el pulgar y frótalos suavemente.

Hay quienes gustan que los tires suavemente y cada ves mas intensamente, otras prefieren oprimirlos o hundirlos en su aureola, suaves pellizcos, que los retuerzas o quizá leves mordidas (a esto se le llama caricia dental, piensa que no se trata de lastimar) seguidas de suaves succiones.

Lo que te expongo son solo algunas generalidades pues las reglas y técnicas las pone cada pareja en su cama, el qué y el cómo nunca es algo estándar y mucho menos automático es algo muy personal.

Nunca te concentres solo en uno de los senos, puesto que debes hacer equilibrada la cantidad y calidad de caricias, besos y lamidas que des en todo el cuerpo.

Sé donde y como llegar al clítoris ¿y ahora que hago con él?

Una caricia es sin duda un buen comienzo, pero siempre tomemos en cuanta que tener el clítoris ubicado no es sinónimo de orgasmo, o a que con ello la mujer se excite al máximo de velocidad, es una pieza placentera que debes saber tocar, para no hacer sentir a tú pareja presionada u obligada a excitarse.

El qué, cómo y cuándo del sexo lésbico

Intentar cómodas posiciones siempre es muy bueno así encontraran un acoplamiento sexual, con el tiempo seguro iréis descubriendo posturas, pero para empezar a acariciar el clítoris intenta que ella este recostada boca arriba con las piernas separadas. Con esta posición y tú colocada entre sus piernas, separadas y relajadas lograrás que ambas se sientan en una situación igualada y no hay dominante y dominada.

Algo muy recomendable, por salud sexual y que los ginecólogos recomiendan, es que no hagas uso de aceites, haz uso de tú saliva como lubricante o bien un lubricante, para vagina.

Antes de llegar al clítoris, comienza con caricias en los muslos, besos suaves que vayan de los tobillos a las piernas sin llegar a la vulva, de manera que parezca agresiva, empieza con toda la mano y ve cambiando a la yema de los dedos alterna entre mano y yemas, recuerda que la piel es un receptor increíble y la mano un lugar donde las sensaciones rebasan fronteras.

Roza su piel, pero no te pares en la vulva sube al ombligo y rodeado con ternura, sigue hasta los senos, haz esto las veces que sean necesarias, luego llega al vello púbico y juega con él, haz uso de las yemas de los dedos para inquietar el pubis y los labios mayores todavía cerrados.

¿Cómo saber si ella ya esta excitada?

Pues lo más común es que la espalda se arquee, y es allí cuando entra en práctica un caricia que suelen llamar “pan y mantequilla”, la cual consiste en colocar el pulgar y el índice en la zona superior de la vagina, donde se esconde el clítoris, sobre los labios menores y muévelos haciendo círculos, como si estuvieras pellizcando con suavidad, sobre la base del clítoris y ve bajando hasta el orificio vaginal, sube y baja por ambos lados manteniendo un ritmo constante.

Presta mucha atención a las señales que ella te envié puesto que partir de ellas encontrarán un ritmo, que debe ser constante, así sabrás qué caricias y qué grados de presión prefiere.

De cualquier manera procura siempre ser suave, y NO tocar directamente el glande del clítoris, si ella quiere más presión tomara tú mano y la guiará en lugar e intensidad.

No obstante busca, de acuerdo a lo que ella te permita y pida variantes de erotismo, de lo contrario tu relación puede tornarse monótona y morir, sexualmente.

El qué, cómo y cuándo del sexo lésbico

¿Cómo saber si esta lista para una penetración?

Pues si ella esta preparada para una estimulación de carácter más directo ella y su lenguaje corporal te lo harán saber, señales usuales son el que su apertura de piernas será más amplia y buscará que tú mano llegue hasta su vulva.

En este momento, emplea una técnica que no la lastime como es el colocar dos dedos en la vagina y uno en el clítoris, que de preferencia sea este el pulgar, al estar dentro de su vagina curva los dedos en el interior y mantenlos de este modo.

Durante esto, procura que el pulgar este dando suaves giros en la base del clítoris, cuando ella este a punto de llegar a tener un orgasmo alterna los círculos con suaves movimientos de arriba hacia abajo.

Lo que no debes hacer

Nunca te concentres en el dar placer, eso es algo nato que no debe ser un factor de tensión en tu mente, habrá veces en las que llegues o no al orgasmo, llegar o no es lo de menos lo importante es que ambas se llenen de placer.

No llegues directo a penetrar, o atacar los senos o pezones, porque esto muchas veces puede ser como agresivo a tu pareja, algo básico es el preámbulo sexual, este es la llave a una rica relación sexual.

Si te sientes cansada, no prometas lo que no lograrás siempre ofrece lo que tú cuerpo pueda dar, es muy frustrante para las parejas excitarse demasiado y tener que dormirse así, ponte en el lugar de la otra.

Goza y haz gozar al mismo tiempo, hacer el amor no es como esperar tu turno en la fila, es un juego alternado que se goza mejor si se hace a la par.


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