Un tema al que múltiples artistas han dedicado toda su creatividad conforme a sus propios estilos y técnicas.

El componente erótico sirve pues de símbolo y de elemento unificador.

Detenernos en cada una de las obras significaría toparnos con la marca estilística de cada autor; una rica imaginaría que puntualiza bajo un tema común la particularidad de cada obra en el tratamiento del cuerpo humano y el erotismo.

Bennassar Nos encontramos con imágenes en donde se vela el motivo en una síntesis lírica o geométrica, o con formas más figurativas y reconocibles. Es decir, una evocación del cuerpo a través de dibujos, colores o texturas, o una definición explícita del desnudo, o referencias metafóricas muy evidentes.

Grandes artistas, unos consagrados, algunos ya fallecidos, y otros más jóvenes, pertenecen al mejor elenco. Su creatividad en el tema del erotismo, ha dado lugar a resultados sobresalientes.

Difícil sería en este espacio comentar cada una de las obras. Quien conoce la obra general de artistas como Joan Bennassar, Joan March, Antonia Borràs, Tudanca, Jaume Rocamora, Lucio Muñoz, Águeda de la Pisa, Amadeo Gabino, Monir, Isabel Soto, Ignacio Parrilla, Adelaida Murillo, Gloria Valls, Uwe Geest, Isab0.el Echarri, Santiago Galán, Enrique Melià, al escultor Paco Barón y escultora Corine Sanmarcelli etc. etc., lo sabe muy bien.

El cuerpo, y el erotismo al que muchas veces acompaña, que ha sido tantas veces censurado, oculto, pero también ensalzado y venerado, se perpetúa en el arte contemporáneo a través de la imaginación y fuerza creativa de estos artistas.

“A través de los tiempos ha sido vestido y desnudado, temido y adorado, mutilado y torturado, vendido y comprado, ensalzado y mancillado, estudiado y transformado, esculpido y fotografiado, pero a pesar de todos los cambios por los que ha pasado sigue siendo poderoso y frágil. Estando en sí mismo, el secreto de la vida mientras que su existencia continúa inspirando excitación, deseo y confusión”.
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