Empezar afirmando que la empatía puede ser una de las claves para el disfrute sexual de parejas estables.

Cuando conocemos a alguien que nos gusta, la pregunta inmediata es si le interesaremos más allá de la amistad, creo que en el fondo es miedo al rechazo.

Hay algunas señales que sólo distinguimos después de iniciada una relación, pero que si las podemos ver antes nos ahorrarían muchas preocupaciones y malos ratos.

Estas son algunas:

La mirada

Cuando encontramos la mirada de alguien podemos distinguir entre una mirada escrutadora, es decir, que sólo observa para alcanzar a definir a quien está viendo. Otra es la mirada de curiosidad, esta tampoco implica ningún tipo de acercamiento o gusto. Y existe la que nos interesa identificar ahora, aquella mirada profunda que nos escanea de pies a cabeza con gusto, si estamos cerca de esa persona podremos ver que se dilatarán las pupilas.

El lenguaje corporal

En el caso de las mujeres los gestos más comunes son que se tocan el cabello, se mojan los labios, observan de reojo, sonríen discretamente por lo general con cierto coqueteo.

¿Cómo saber que hay empatía sexual?

En el de los hombres se pasean frente a la persona que les gusta, como marcando el terreno, intentan demostrar alguna destreza o habilidad para impresionar, ayudan a alguna actividad física (levantar algo o cederle el paso…). El hombre se para más erguido cuando una mujer le gusta, y clava la mirada.

El acercamiento verbal

Regularmente ha sido el hombre quien lo propicia, si dice una tontería es señal de que realmente está nervioso y hay mucho interés sexual. Y la mujer responde tímidamente, reacciona de esa manera para no demostrar su deseo y cuando exista atracción física, ya que suele ser despiadada si no la hay. Ahora bien, en la sociedad moderna la mujer cada día más toma también la iniciativa verbal, con frescura y hasta con descaro en las más jóvenes, no teniendo ningún problema en ir directas al grano.

Algunos estudios revelan que mientras que los hombres parecían necesitar solo la empatía para aumentar la satisfacción sexual, las mujeres podrían también necesitar la autoestima y la autonomía. Pero especialmente para que una mujer sea sexualmente activa en nuestra sociedad, tiene que ser autónoma.


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